Gracias a Erasmus y a Carmen Pilar he podido asistir por segunda vez al Reino Unido, concretamente a Glasgow (Escocia).
Este viaje me ha permitido mejorar mi competencia lingüística en inglés. Durante dos semanas he asistido a clase junto con otros alumnos de países tan diversos como: Arabia Saudí, Bélgica, Francia e Italia. En clase hemos trabajado las distintas destrezas propias del idioma para adquirir más conocimiento.
A diferencia de otros viajes al Reino Unido, en esta ocasión he podido percibir las diferencias idiomáticas propias de esta región del norte de las islas británicas con sus peculiares vocabulario y pronunciación.
Durante las clases, la didáctica seguida era bastante tradicional en cuanto a método pero no por ello menos efectiva y estimulaba la comunicación entre los compañeros que íbamos rotando y así, haciendo posible dialogar y escuchar a distintos interlocutores de muy diversos orígenes, en cada sesión.
El horario lectivo era de mañana, no obstante, todos los días teníamos que preparar actividades para reforzar lo aprendido y seguir avanzando en la siguiente sesión. Cada semana realizábamos un test para analizar conocimientos y destrezas orales y escritas.
También nos hemos enriquecido con el intercambio cultural. En el tiempo libre hemos visitado los monumentos más emblemáticos de la ciudad: la Catedral católica, la anglicana de San Mungo, cuya historia nos contó la profesora; La Universidad, imponente; la necrópolis, desde la cual se veían unas vistas preciosas de Glasgow. También hemos paseado por sus principales calles Buchanan Street, Hope Street, Central Station, sus grandes almacenes John Lewis, Buchanan Galleries, Princess Square, House of frasser.
Hemos comido en los típicos pubs, probamos los famosos fish and chips, haggish (estómago de la vaca) os recomiendo algunos de Merchant Street.
¡Y cómo no!, también visitamos sus típicos salones de té, el más famoso, The Willows, decorado con mobiliario al estilo Mackintosh, un arquitecto de allí del siglo xx, en el que degustamos su té y sus famosos scones.
Aprovechando el fin de semana, un sábado nos acercamos a Edimburgo, cerca de Glasgow, su rival político y económica. Edimburgo es una ciudad más monumental y elegante, vimos su castillo, su catedral de San Giles, la Royal Mile, el Museo National Gallery of Scotland, el palacio de Holly Rood House y paseamos por George Street con sus elegantes tiendas así como por una gran calle comercial con sus típicos productos.
Una tarde nos desplazamos a Stirling, cuna de William Wallace, líder escocés para visitar su castillo, muy bien cuidado y en el cual recreaban escenas de la época. En otra ocasión fuimos a Loch Lomond, para contemplarlo mejor dimos un paseo en barco, es un gran lago digno de ver.
El carácter de los escoceses es especialmente agradable y acogedor, muy afín a nuestro carácter mediterráneo. Glasgow es una ciudad cosmopolita, gran metrópoli del norte desde la época del imperio británico- siglo XIX, época colonial- orgullosa de su carácter escocés pero al mismo tiempo muy abierta y receptiva. Ha sido una gran experiencia tanto desde el punto de vista académico como cultural. No me importaría repetir.
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