Durante la semana del 16 al 20 de mayo una profesora de la especialidad de inglés y la profesora de la especialidad de economía participamos en una experiencia de Job Shadowing en el IIS Genovesi-Da Vinci en Salerno. La finalidad era no solo la mejora de la competencia lingüística y de la competencia emprendedora, sino también conocer la educación secundaria en el sistema educativo italiano.
El proyecto consistía en asistir a clase como observadoras, pero en algunos casos hemos participado de forma activa en las clases dando a conocer distintos aspectos de nuestra cultura y familiarizándonos con la del país de acogida.
Nuestras primeras impresiones fueron muy buenas ya que la acogida desde el primer momento por parte de la coordinadora italiana del proyecto fue muy cálida, haciendo que nos sintiéramos bien y ofreciéndonos su ayuda en todo momento, cosa que después se trasladó al resto de los profesores italianos.
Algunos de los aspectos que más nos llamaron la atención fueron: que la dirección de los centros es un cargo administrativo que no tiene horas de docencia directa, la excesiva burocratización, la gran cantidad de personal no docente y el poco uso de las nuevas tecnologías en la práctica docente, pese a que en todas las aulas contaban con pizarras digitales.
Si bien es un país muy parecido al nuestro en muchos aspectos, sobre todo cultural, nos dimos cuenta desde el primer momento que respecto al sistema educativo las diferencias son notables. Los centros educativos están clasificados en tres: Centros de Educación Elemental, Media y Superior, siendo este último donde hemos realizado esta movilidad, los alumnos asisten a este Centro durante 5 años, es decir, equivaldría a los cursos desde 2ºESO a 2º de Bachillerato. Una vez que terminan el
último curso deben de realizar un examen parecido a la PAEG, pero en este caso los exámenes italianos requieren un mayor nivel de exigencia, ya que los alumnos se tienen que examinar de todas las materias que han cursado, estando el examen dividido en tres partes, tipo test, temas y examen oral, además los alumnos de forma voluntaria pueden presentar un trabajo oral sobre algún tema que englobe a todas las materias cursadas, quizás por este motivo la forma de llevar a cabo las clases es más tradicional, teniendo el alumno un papel más pasivo y poco participativo, siendo más el profesor el que imparte la materia y el alumno simplemente la recibe. Hemos notado que el trabajo que realizan los alumnos es más individualizado sin realizar prácticamente en ninguna materia trabajos en grupo o colaborativo.
Respecto a la organización del centro, hemos apreciado que son muy escasos los espacios comunes y excepto el aula de informática y el gimnasio, los alumnos reciben todas las materias en la misma aula. El horario escolar es superior al nuestro en el caso de los alumnos, tienen un total de 32
horas lectivas distribuidas de la siguiente forma: 6 periodos lectivos (de 60 minutos) lunes, martes y jueves; 5 periodos miércoles y viernes; y 4 los sábados. La jornada lectiva se desarrolla de forma continua sin existir un recreo, por lo que los alumnos pueden entrar y salir del aula y comer mientras el profesor está dando la materia, lo que en algunos casos supone un poco de desconcierto y en las últimas horas se nota el cansancio tanto en profesores como en alumnos. El profesorado, sin embargo, tiene 18 horas lectivas y tienen otro día libre a la semana además del domingo.
bastante más elevada que la nuestra, esto es debido a que su edad de jubilación es de 67 años con 40 años cotizados y en el caso de no tenerlos cuando llega la edad de jubilación, pueden prorrogar esta edad hasta los 70 años. Pensamos que este es el motivo por el que no hacen uso de las nuevas tecnologías y aquellas clases donde hemos visto que más las utilizaban eran aquellas en las que el profesorado era un poco más joven.
Sin embargo ha sido una semana en la que nos ha dado tiempo no solo a asistir al Centro, sino también a relacionarnos con el profesorado (mayoritariamente femenino), aprender más sobre la cultura del lugar, mejorar la competencia lingüística y sobre todo a quitar los estereotipos que tienen sobre los españoles. No, no vamos vestidas siempre con traje de faralaes en busca de un torero y nos alimentamos de más cosas aparte de paella y sangría.
Realmente ha sido una buena experiencia que nos ha servido para apreciar las bondades de nuestro sistema educativo.
Estela Yáñez Mª Mar Buendía
Profesora de Inglés Profesora de Economía
IES JULIÁN ZARCO
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