El 22 de abril me embarque hacia tierras nórdicas,
concretamente a Islandia, con el objetivo de participar en una
experiencia profesional y personal única. Durante 10 días tuve la oportunidad
de realizar un curso de formación financiado
por el programa Erasmus+ KA1 junto con compañeros que venían de otros países,
como por ejemplo Alemania, Finlandia, Italia, Francia, Turquía etc., y que
consistía en estudiar y sumergirse en el sistema educativo islandés para
aprender cómo funciona, pues es uno de los más prestigiosos junto con el
sistema educativo finlandés.
Durante esta formación hicimos un curso estructurado, en el
que se nos explicó el sistema educativo islandés, que es totalmente diferente al
nuestro, y al mismo tiempo realizamos un job shadowing, que consistía en
visitar diferentes centros educativos y en entrar en las aulas donde se estaban
impartiendo distintas materias, como inglés, ciencias naturales, literatura
islandesa,…
A lo largo de esta formación, todo el grupo de profesores
que participamos en ella pudimos comprobar que el sistema educativo islandés
forma a sus estudiantes en competencias,
para que sean capaces de abordar problemas prácticos en su vida diaria, es
decir en AUTONOMÍA. La teoría tiene igual importancia que la práctica, como lo
demuestra que en su currículo educativo tengan materias como pueden ser
natación (los alumnos van a nadar varias veces por semana), talleres de
fabricación de objetos de vidrio, de cocina, de costura, de fabricación de
cuchillos tradicionales islandeses, de danza, de idiomas etc… y que tienen la
misma importancia que el resto de materias y representan un 20% de la carga
lectiva del alumno.
Otra diferencia importante es que el trabajo del alumnado es
cooperativo, los profesores les encargan tareas a realizar en grupos en los que
unos se ayudan a otros, y se les valora por el trabajo realizado, aunque, por supuesto, también tienen exámenes.
Es importante remarcar que el centro destina muchos de los
espacios comunes para el alumnado, como por ejemplo los pasillos, en los que
hay mesas y sillones, salas de reunión, etc., debemos tener en cuenta que
en los meses fríos los alumnos no pueden
salir fuera.
Otras diferencias importantes son: las ratios por aula son
menores, con lo cual los profesores pueden atender mejor al alumnado; los profesores de apoyo para el alumnado con
dificultades pueden entrar en las aulas y también hay aulas especiales para
estos alumnos; los alumnos pueden circular libremente en las clases, salir
cuando lo necesiten, utilizar auriculares, teléfonos móviles, van descalzos en
los institutos,.., es decir, existe más libertad, pero los alumnos se mueven de
forma SILENCIOSA Y ORDENADA, sin hacer ruido y sin interrumpir a los demás
compañeros ni al profesor. Además los centros están muy bien dotados de medios
informáticos y el uso de las nuevas tecnologías está al orden del día.
En cuanto al director y profesorado,
el director es un gestor, no imparte clase, y para llegar a ser director tiene que
realizar una formación de 2 ó 3 años y los profesores, además de sus materias,
pueden impartir los talleres de las materias prácticas, si tienen los
conocimientos para llevarlos a cabo, por ejemplo el profesor de lengua
islandesa puede impartir un taller de fotografía, el de tecnología puede
impartir el taller de fabricación de objetos de madera o de cocina, etc.
La pregunta es, ¿podemos aplicar estos aspectos a nuestro
sistema educativo? Pues es un tema que genera mucho debate, ya que para llevar
a cabo estos cambios necesitaríamos partir de otros principios, como disminuir
nuestras ratios, darle igual importancia a la práctica que a la teoría,…, y debemos
tener en cuenta que la población del país es de 300.000 habitantes y que su
cultura es totalmente diferente a la nuestra, puesto que es un pueblo que ha
convivido, luchado y que se ha visto obligado a adaptarse a lo largo de los
siglos a los elementos de la naturaleza, debiendo forjar su carácter entre
erupciones volcánicas, glaciares, deshielos, etc.
En resumen, considero que ha sido una experiencia de lo más satisfactoria, y que me ha animado a seguir participando de este tipo de experiencias.
Pilar Velencoso
Profesora de Biología
IES JULIÁN ZARCO