En este blog se le dará difusión a los proyectos Erasmus+ KA-101 que el IES Julián Zarco de Mota del Cuervo (Cuenca) desarrolla. Con este tipo de proyectos nuestro centro busca mejorar las habilidades lingüísticas de profesores y alumnos en distintos ámbitos educativos, así como promover la transferencia de conocimientos y buenas prácticas entre entidades educativas de distintos países.

jueves, 9 de diciembre de 2021

Diario de Job shadowing en “SOTKAMON LUKIO"

Día 1. Llegada a Sotkam 

La localidad no es grande pero las zonas están muy separadas entre sí, por lo que se hace necesario utilizar
todos los días el autobús para desplazarse.
Nuestras anfitrionas son Johanna y Meeri (jefa de estudios), ambas profesoras de matemáticas y responsables de coordinar el Erasmus+.
Día 2. Sotkamon Lukio
En nuestra primera visita al centro educativo,  Johanna y Meeri explican las principales características del centro: 
  • Con un total de 312 estudiantes nacionales y 23 internacionales y 23 profesores, aquí solo se realizan los tres últimos cursos de educación secundaria, lo que equivaldría a cuarto de eso y bachillerato en España. Estos estudios siempre han tenido un carácter no obligatorio, pero eso ha cambiado con la nueva ley educativa que exige permanecer en el sistema educativo hasta cumplir los 18. Si bien podrían elegir cursar un equivalente a la Formación Profesional española. 
  • Alrededor de la mitad del alumnado es deportista, lo que implica que compagina estos estudios con entrenamientos (ski, béisbol o e-sports) en las primeras horas de la mañana con las clases. A este alumnado se le permite obtener el título en cuatro años. 
  • Existen 5 periodos por curso excepto el último curso que son 3 periodos, con asignaturas obligatorias y otras que pueden elegir con una duración de 6 semanas cada uno. Cada clase tiene una duración distinta, aunque todas son entorno a los 75 minutos, si bien observamos que en varias clases acababan 10 minutos antes. No hay timbre, lo cual se agradece y ayuda al ambiente tan silencioso que reina en todo el centro.El centro cuenta con una inmensa cafeteríam donde el menú de día es servido a modo de buffet. Todo el alumnado come entre las 11:30 y las 12:30 en función de sus clases.
Ese primer día, pasamos a una clase de Matemáticas. Aquí las aulas no son ni materia, ni de grupo: cada profesor tiene su aula. Es el alumnado de último curso y la asignatura es Análisis Avanzado, optativa. Es la clase de Johanna pero no puede asistir y la da Meeri en su lugar. La metodología es simple: fomento máximo de la autonomía del alumnado. Se realizan un par de breves ejemplos con el proyector y se les manda la tarea a los chicos que, de forma individual van trabajando y, en alguna ocasión, piden ayuda a la profesora. Todos los alumnos usan su ordenador, así como los teléfonos móviles sin necesidad del permiso del profesor.
Después de las clases, varias profesoras se reúnen para organizar futuras movilidades que tenían pausadas por el COVID. Johanna y Ulla Maria (también profesora de matemáticas), nos llevan a cenar y nos enseñan un poco la zona, aunque ya es difícil ver nada porque la noche se cerró hace bastante y todo está totalmente blanco por la nieve.
 
Día 3. Entrevista con el periódico local y clases.
Tras la presentación, hoy llegamos a primera hora como la mayoría del alumnado. La nieve se ha derretido por la lluvia y hay más de un intento de caer al suelo.

La primera clase que atendemos es la de inglés, como teníamos otras clases a las que entrar, solo estamos durante la mitad. En este tiempo se dedican a corregir los ejercicios que la profesora mandó el día anterior y, la verdad, no son pocos. La versión digital del libro permite ir avanzando en los ejercicios de manera que las respuestas aparecen sólo con darle a un botón. Son infinitamente mejor que las de las editoriales que tenemos aquí. Por supuesto, la calidad del proyector también es increíblemente buena. Son alumnos de tercero y se aprecia que el nivel del vocabulario y de las actividades es elevado. Sin embargo, nos llama poderosamente la atención el hecho de que la profesora no habla en inglés en ningún momento. Realiza las preguntas en finlandés, si bien los alumnos le responden en inglés y hasta el “sí, correcto”, lo dice en finlandés.
Después entramos a clase de Finlandés. La profesora tarda en llegar debido a un asunto familiar y nos llama muchísimo la atención que en la ausencia de la profesora los alumnos estaban trabajando y que no se contempla que tenga que ir un profesor de guardia. El final de la clase lo dedica a hacer un Kahoot para repasar conjugaciones. Pide que trabajen en grupos pero muchos no se mueven y trabajan de forma individual. La profesora nos dice que esto es normal y que cada uno tiene que trabajar como se sienta mejor sin ser obligado a las agrupaciones.
Otra profesora de Finlandés nos pide que iniciemos su clase de Literatura Europea hablando de El Quijote y enseñando fotos de la zona de Castilla -  La Mancha de la que venimos. Los alumnos nos escuchan totalmente en silencio, pero no nos hacen ninguna pregunta ni interactúan con nosotros de ninguna manera.
A las 11:00, nos encontramos con un periodista del periódico local que nos quiere hacer una pequeña entrevista. Meeri, la jefa de estudios, también está con nosotros. Hablamos de por qué hemos ido y analizamos las principales diferencias que vemos, de momento, entre los dos sistemas educativos. Le comentamos que lo que más nos sorprende es el silencio y el poco ruido que hay de forma general en todas partes. También la calidad de las instalaciones y los equipos informáticos que usan. Sin embargo, también echamos en falta un mayor dinamismo e interacción del alumnado en clase. Ellos están de acuerdo con nosotros, la mayoría del alumnado es muy introvertido y es difícil a veces saber si han comprendido las cosas.
Después de comer, entramos a clase de biología con Leena. Hay dos alumnas de intercambio de Bélgica y Hong-Kong. Se les facilitó un libro en inglés y trabajan la mayoría del tiempo ajena al resto de la clase. Hacen una actividad en la que entre todos realizan un esquema en la pizarra, sintetizando las principales características de diferentes enfermedades infecciosas.
Hoy es el día de jornada de puertas abiertas del centro, para que los alumnos del otro instituto donde se imparten los cursos más bajos de secundaria, conozcan la opción del centro. Proponen una dinámica en la que los alumnos de primer curso del Lukkio sean los que reciban a los de último curso de Tenetti, ofreciéndoles una pequeña clase de matemáticas.

Por último, para finalizar nuestro día, nos desplazamos a un edificio a unos 5 minutos del instituto donde una profesora (Ulla Maria) da clase de Matemáticas. Esta profesora nos explica que cuando trabajaba en el edificio principal, siempre estaba enferma, se resfriaba y se encontraba muy mal. Por ello habilitaron un nuevo aula y los alumnos se desplazan hasta ahí para atender sus clases. Es una clase de repaso, puesto que a la siguiente semana tienen los exámenes. Vuelve a predominar la autonomía de la clase, cada uno está haciendo ejercicios a su ritmo, repasando como considera, la profesora únicamente se acerca a resolver las dudas cuando cada uno les pregunta.
 
Día 4. Instituto secundaria "Tenetti"
Meeri se ofreció a llevarnos al otro instituto de la zona, Tenetti, donde se estudian los cursos equivalentes a 1º, 2º y 3º de la ESO.
Nos recibe muy amablemente la ayudante del director, la cual no imparte docencia, únicamente se dedica a velar por el buen funcionamiento del centro. Todo el alumnado tiene que permanecer fuera del centro hasta que suena el timbre. Aquí sí hay timbre pero es una música muy floja y dulce. El horario es muy parecido al español, con seis clases al día y un recreo a media mañana. Las clases duran algo menos, 45 minutos con descansos de 5 minutos que permitan al alumnado desplazarse de clase a clase.
Conocemos a la profesora de Matemáticas que nos invita a ir a su clase. Aquí también las aulas son de cada profesor. Al inicio de la clase, se oye a través de los altavoces que hay en cada clase, una especie de fábula. Nos explican que esto pasa dos veces a la semana (en una práctica que pasa en todos los institutos) y, aunque no tiene ningún carácter religioso, en algunas ciudades es el párroco quien la realiza. El objetivo es motivar al alumnado. Esta clase es de geometría, por lo que la profesora les va guiando en el proceso a través de la cámara que graba su mesa y proyecta en la pantalla. Si bien aquí notamos más ruido en los pasillos, las clases siguen siendo muy silenciosas.
Después entramos a clase de biología. El aula está muy decorada con ejemplares disecados de fauna local, especialmente aves, el tema que estaban viendo. La clase empezó viendo un vídeo acerca del ganso cantor, el ave nacional de Finlandia y después se movieron libremente por el aula en busca de las soluciones de la hoja de trabajo que les facilitó su profesora. Trabajan en grupo o separados, tienen pelotas antiestrés y peluches que se pasan unos a otros, también usan tanto sus ordenadores como sus teléfonos móviles. Sigue la dinámica de un trabajo muy autónomo por parte del alumnado. 

 
Después de las clases, participamos en la recaudación de fondos en un acto benéfico en la cafetería. 
En alguna ocasión, observamos cómo había alumnos que no querían trabajar, en esos casos los profesores no hacen absolutamente nada al respecto. ¿No quieres hacerlo?  Vale, es tu problema. Sin embargo, cuando preguntamos acerca de la posibilidad de suspender o repetir, se asombran. “Aquí aprueban todos. Si es necesario se les repite el examen o se les saca con una profesora solo para ellos (aquí el dinero nunca es problema y el centro tiene autonomía para contratar y despedir). Si aun así, no mejora el rendimiento del estudiante, se le puede cambiar a otro centro con menor nivel”. En lo relativo al comportamiento, la primera línea de actuación es hablar con ellos y luego con los padres. Muchas veces solo la amenaza de llamar a los padres sirve para que se tranquilicen. Si no es así, piden a los padres que vayan a recogerlos y quedan expulsados por ese día. En el tema de alumnos con desconocimiento del idioma, es un caso que les parece prácticamente imposible que ocurra.
Volvemos al Lukkio para comer y pasamos a una clase de inglés. En este caso el profesor usa más el inglés durante la sesión, aunque la metodología sigue siendo la misma. Nos sorprende que en ninguna de las clases al alumnado les estrañe que estemos, ni quiera interactuar con nosotros. Imaginamos la situación contraria y tenemos claro que nuestros alumnos le prestarían más atención al profesor visitante que a nosotros. 
El uso del móvil está permitido, pero, al igual que con los ordenadores, el uso que hacen del mismo no es el correcto, y ni se esconden. Los profesores nos explican que están preocupados por ese tema, pero no hay ninguna acción al respecto.
A la tarde, el director y Ulla Maria nos invitan a cenar en un restaurante típico finlandés. Nos explican que no está en la cultura salir a comer o cenar en restaurantes con la frecuencia española.

Día 5. Reunión con el director
Como en la primera hora no tenemos que asistir a ninguna clase, aprovechamos para hacer una videollamada con el profesor de guardia que está con el 2ºESO bilingüe del IES Julián Zarco y les enseñamos un poco el centro finlandés.
Después nos reunimos con el director y la jefa de estudios para hablar acerca del sistema educativo y la organización del centro en líneas generales. Aquí está el resumen de los aspectos más importantes:
  • En lo relativo a los docentes: Las horas que trabaja un profesor y su sueldo depende de la asignatura que impartan, porque se entiende que algunas asignaturas requieren un tiempo extra frente a otras de preparación, corrección, etc. Al empezar cobran unos 3000 euros que conforme avanza la experiencia, pueden hacer horas extras y cogiendo más responsabilidades puede llegar hasta los 5000. Sin embargo, ellos consideran que es un sueldo bajo si se comparan con otros trabajos del país. La jornada estándar suelen ser unas 20 horas de clase, pero aquí no es obligatorio estar más horas en el centro, a no ser que tengas reuniones puntuales. Además, los alumnos pueden quedarse solos. Es decir, aquí no hay guardias. Para ser profesor hace falta especializarse con un grado universitario concreto y al final de este, puedes hacer materias concretas que te preparan para ser docente. Los maestros hacen su carrera directamente. Las notas de acceso a la universidad suelen ser altas, pero luego la dificultad depende de la asignatura. Es decir, no es algo muy complicado de conseguir. Después deben solicitar trabajo en el centro que quieran y el director les hace una entrevista junto con otros profesores del centro y el representante de los alumnos. 
  • En lo relativo a los presupuestos: El centro en el que estábamos estaba en muy buenas condiciones, sin embargo, tenía una parte más antigua que otra y han conseguido que se derrumbase y se volviera a reconstruir. El equipo directivo puede decidir los materiales y la distribución del mismo con el arquitecto. Aunque el dinero es público, tienen mucha autonomía económica, y esto no suele ser nunca un problema. 
  • En lo relativo a la evaluación: La nota que cuenta es la que se obtiene en el examen, especialmente en los cursos avanzados. Hay dos certificados. Por una parte, están los exámenes que se van realizando al final de cada periodo y que realiza el centro. Aquí hay una semana específica en la que no hay clases y solo hay exámenes (estilo la universidad). Antes este certificado era muy importante y prácticamente si obtenías muy buena nota aquí podías entrar directamente a la universidad. Sin embargo, ahora cobra más importancia otro certificado. Para obtener este, durante estos tres años de bachillerato, hay exámenes todos los años dos veces, en primavera y verano. Son exámenes estatales, los mismos para todo el alumnado finlandés a realizar el mismo día y a la misma hora. 
  • En lo relativo al alumnado: Por lo general, las clases son bastante más silenciosas que en España, pero principalmente porque su tono de voz, por cultura, es más bajo. Hay clases con 5 y otras con 30, obviamente en las de 30 hay más ruido. Tienen muchísima autonomía y, aunque muchos de ellos hacen lo que no deben, en general parece que les funciona. Sin embargo, hay clases muy aburridas, con ritmos muy lentos y con muy poca participación del alumnado. No son clases magistrales porque las explicaciones deben de buscarlas ellos en su mayoría en el ordenador.
Después de comer entramos a clase de Sueco con Paulina, que imparte con unas metodologías más activas. Los alumnos se sientan en grupos, aunque se levantan y se mueven libremente por la clase para realizar los distintos juegos que la profesora les proporciona. Los últimos minutos de la clase realizan un juego online y conjunto.
Nos piden que si nos apetece ir de auxiliares de conversación a las clases de español que se imparten en el centro y pasamos una hora hablando con los estudiantes. Es increíble cuánta gente, en un pueblo tan pequeño, tiene interés por aprender español, incluso una vez jubilados.
Por la tarde la profesora de sueco Paulina y un amigo suyo, que hemos conocido en clase de español, nos llevan a jugar a los bolos. La verdad que toda la gente que conocemos es muy agradable y se interesa mucho por nuestra visita.
 
Día 6. Despedida
Último día. Asistimos a clase de matemáticas e inglés. Ambas con un grupo de primer curso. Aquí se nota algo más de movimiento y similitud a una clase de España. Todo aquello que en España se consideran faltas leves o graves aquí están permitidas: usan constantemente el móvil (y no solo para uso pedagógico, también se entretienen jugando a juegos y con Instagram), comen y beben, se levantan y salen de clase cuando quieren, usan auriculares, llevan la gorra / gorro, se descalzan y, aunque en un tono más bajo, también hablan entre ellos. Sin embargo, cuando el profesor manda hacer ejercicios o trabajar, no hay quejas. Cada uno va autónomamente avanzando en el tema. El papel del profesor aquí es de mero acompañamiento, apenas hacen explicaciones y no profundizan mucho, ellos saben que tienen que ir trabajando y aprendiendo por su cuenta. Si tienen alguna duda concreta llaman al profesor, pero asombra ver lo autónomos que son.
Al final del día nos despedimos de todos los profesores que se han portado de maravilla con nosotros. En resumen, una experiencia que nos ha enriquecido como profesores.
 

 
Profesores participantes:

Irene Martínez López y Adrián Cifuentes Gómez